sábado, 19 de marzo de 2016

Hábitos de higiene

LA SATISFACCIÓN DE LAS NECESIDADES BÁSICAS



El aseo  personal

Todo lo relativo al aseo personal está relacionado con la imagen que el niño va elaborando de sí mismo. Acciones como lavar la cara y las manos, limpiar la nariz, peinar o poner colonia, son demostraciones de afecto hacia el niño y su bienestar.

Es una experiencia de placer corporal, comunicación y aprendizaje. La comunicación con el niño es exclusiva, casi íntima, compleja y rica.

Durante los cambios de ropa y de pañal, es preciso ir con calma y tomarse el tiempo necesario. Se debe prestar atención al niño sin tratarlo como a un muñeco, para ajustarse a sus movimientos. Hay que permitirle ser activo y, a la vez, saber calmar su impaciencia. Mientras se está realizando el cambio, hay que hablarle de lo que se está haciendo, de él mismo y de los objetos que se emplean. Progresivamente se podrá contar con su colaboración, apreciando sus nuevas posibilidades de movimiento y de hacer cosas solo, permitiendo y celebrando sus nuevas habilidades.



Importancia y significado de los cuidados 

Los cuidados corporales son experiencias recurrentes fruto de los ritmos biológicos y de la necesidad de satisfacción de las necesidades “primarias”. Estos cuidados garantizan y promueven el desarrollo humano en los siguientes aspectos:

  • Contribuyen a que el niño tome conciencia de sí mismo, de sus sensaciones y posibilidades corporales: cuando el cuerpo del niño se trata con cuidado y respeto, cuando se le proporcionan sensaciones placenteras, cuando se cuenta con su iniciativa y participación, se posibilita que el niño tenga una experiencia positiva de su cuerpo como algo apreciable y competente. Esta primera conciencia corporal positiva está en la base de la construcción de una noción de sí mismo en la que predominen la confianza y la autoestima.

  • Durante cualquiera de los cuidados básicos, el mundo de los sentidos se ve continuamente estimulado y alimentado: cuando estos cuidados se realizan con calidad, los niños tienen la ocasión de moverse, sentir, mirar, oír, tocar, saborear, y de tener sensaciones infinitas.

  • La abundancia de comunicación verbal con que los adultos acompañan estos momentos, es importantísima para la adquisición del lenguaje al producirse en un contexto significativo para el niño.

  • Los cuidados corporales son decisivos para el establecimiento de relaciones emocionales: en el escenario de la satisfacción de las necesidades más básicas es donde se practica el juego de la dependencia y la independencia, se multiplican las interacciones y se inician las relaciones sociales que hacen posible el aprendizaje de la autonomía personal.



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